martes, 6 de agosto de 2013

SOBRE LA FIDELIDAD Y OTRAS PENELOPES.

POR: Mandiguagua




 Se echó sin habla en una silla, miró lentamente a los pretendientes muertos en el suelo, como si mirase muertos sus propios deseos. Y: «bienvenido», le dijo, escuchando extraña, lejana, su propia voz.
Yannis Ritsos

Uno de los temas que me apasionaba leer en mis épocas del colegio era el de los mitos griegos, base fundamental de “nuestra” cultural occidental. Aunque en filosofía repetíamos lo que dijeron Platón y Sócrates sobre la democracia y la ciudad griega,  para mí era más divertido leer sobre sus dioses; así que cuanto libro pescara en la biblioteca que hiciera un recorrido por  sus  apasionadas vidas, no escapaba de mis manos. Que religión tan extraña pensaba, nada parecido con la historia de Jesús y su mamá virgen. Acá los dioses sí sentían celos; se tragaban a sus hijos por no perder poder; bajaban a la tierra transformándose en animales para poder tener sexo con las mortales; castigaban, premiaban; se dejaban llevar por sus impulsos; se involucraban en la vida de las personas,  se equivocaban; mejor dicho, era muy novelesco para mí y por qué no decirlo, fueron mis primeros acercamientos literarios al erotismo, al sexo y  al placer. 

Y si bien, no creo que las historias griegas sean uno de los principales constituyentes de nuestras creencias y percepciones frente a la sexualidad,  ya que es difícil  olvidar que somos el país del sagrado corazón de Jesús, donde  crecimos aprendiendo que el hijo de dios sólo podía ser traído al mundo desde un cuerpo libre de pecados, desde el cuerpo virgen que debemos conservar hasta el matrimonio; y si no hasta el matrimonio, sí debemos mantener cierto grado de pureza hasta encontrar el hombre adecuado que no nos haga sentir tan sucias por “entregarlo”. Sin embargo, nuestra cultura de doble moral, conservadurismo  y represión frente al sexo,  puede tener elementos de estas historias griegas que van quedando en el inconsciente colectivo , sobre todo  aquellas historias que ayudan a tejer  el constructo social y de valores  dentro del cual tomamos nuestras decisiones. Cuentos, mitos y experiencias que escuchamos  desde que somos pequeños y pequeñas, en este caso hablaremos de los  mitos en torno a la  fidelidad la piedra angular de nuestras relaciones amorosas.

LA ETERNA ESPERA DE PENELOPE

Helena era una mujer hermosa hija del dios Zeus y Leda quien a su vez era la esposa del Rey de Esparta. Helena era pretendida por muchos hombres en toda Grecia,  de lo que surge el peligro de confrontación  frente a la decisión de con quien se quedaría. Por supuesto, fue su padre junto con Ulises, jovén llegado a Esparta buscando también la mano de Helena, quienes buscaron la solución, todos los pretendientes debían acatar bajo juramento la decisión sobre quién sería el esposo de Helena y  defenderían esta unión si alguien intentara disputársela. Ulises sabía que no tenía el perfil tan fuerte para ser él el elegido para esposo se Helena, asi que pide la mano de Penelope, prima de Helena y sobrina del rey de Esparta.

Y quien haya escuchado más a fondo esta historia sabrá que Helena decidió dejar al esposo elegido  e irse con el príncipe Paris y se armo la de Troya, viendose Ulises obligado a participar en dicha  guerra y  demorándose 20 años en eso.  

 Ya  Homero  se encargó de contarnos toda su  Odisea  durante estos años, pero nuestra protagonista aquí es Penélope, la abnegada esposa que se quedo esperando su regreso durante estas dos décadas, ejemplo para muchos y muchas de  amor verdadero y fidelidad.  Penélope, empieza a ser pretendida por múltiples hombres, que daban por seguro el no regreso de Ulises, así que ella para  mantener su castidad intacta, promete involucrarse con alguien más apenas termine de tejer un telar y lo que avanza en el día lo deshace por la noche, tomándose 20 años en aquella labor. Por supuesto, Ulises no mantiene la misma promesa, recordemos que la diosa de la seducción  Peitho  castiga a las mujeres que no son fieles y recompensa a los hombres cuando no lo son,  así que premia a Ulises regresándolo a la casa y a Penélope devolviéndole a su esposo. 

A la llegada de Ulises cuenta una de las versiones , Penélope estaba realizando un concurso de tiro al blanco, habilidad  en la que era experto  Ulises, para decidir con quién casarse de nuevo, Ulises disfrazado de mendigo compite en esta prueba derrotando a los pretendientes y finalmente, con estas mismas flechas matándolos a todos y quedándose con Penélope. Existen otras versiones, que cuentan que Penélope si había sido seducida por un pretendiente y  con la llegada de Ulises es asesinada por este, pero dejémoslo de ese tamaño.

FIDELIDAD DE POR DIOS!!
Por respuesta general, y así lo imagino, uno de los términos que se dan sobrentendidos al iniciar una relación es la exclusividad sexual, algunos y algunas, un poco más hacia el extremo, exigen poco a poco una exclusividad  a la pareja en casi todos los campos, la pareja debe ser el centro más importante en el que giren las otras relaciones sociales, incluso las familiares, llegando a sentir competencia por la mamá de la pareja, hijos o hijas de antiguas relaciones, amistades y una lista larga de terceros. 

Mucha gente considerara lo anterior  normal. Inclusive, como muestra intachable de amor e interés, los celos le ponen picante al asunto, dicen en algunos casos. Podrán hablar sobre otros acuerdos dentro de la pareja, quienes lo hacen, pero poner en discusión o al menos preguntarse  ¿En nuestra relación aplica lo de la fidelidad ó  no vamos a tener exclusividad sexual? Es algo de locos. Por supuesto, es una generalización, pero partamos de que sería la  reacción esperada. 

Por otro lado, cuando de infidelidad hablamos, muchas historias tienen que contarse. Existe una apreciación general de que las personas no son fieles, sin tocar todavía el tema del género desde donde se produzca el engaño. Los cachos, los y las amantes son temas de todos los días en el “amor”. Sólo pongámonos a pensar si hemos escuchado dentro  nuestros círculos cercanos  o en nuestra propia experiencia, historias de este tipo. Además, las novelas están repletas de estas, donde la protagonista,  las Penelopes, o en algunos  (pocos) casos   el protagonista, esperan durante toda la bella historia de amor el desenlace final del cuento, al alejar a la competencia de su objeto amado. Una de las causas de su sufrimiento es el engaño con terceras personas, así sea al final toda una farsa y se casen.

Pues bien, es un poco irónico que la gente acepte la segunda idea con algún tono de resignación (si la infidelidad es algo común, pero qué le vamos a hacer), pero se rechace de antemano poner en discusión si el valor de la fidelidad si es compatible con nuestra idealización del amor. 

EL SÍNDROME DE PENELOPE

Cuando de géneros se trata, tema que es obligatorio al hablar de fidelidades, porque no es lo mismo hablar de “perros” que de “perras”, la cosa se vuelve compleja. En nuestra educación,  dirigida en mi caso personal hacia el rol femenino, nos enseñan a ser Penélopes y Marias, no sabría exactamente como fueron las puntadas del tejido, pero de que lo tenemos metido dentro de la cabeza lo tenemos, algunas más profundamente que otras.  Además de una asignación  de funciones dirigidas hacia el cuidado, la infidelidad de lejos es más cuestionable en una mujer que en un hombre.  

En inicio, la visión normal de lo femenino y lo masculino dentro de una relación, es que  sea la relación Penélope y Ulises,  donde es normal que el hombre busque otras parejas sexuales por fuera de la relación, existiendo frases como “ no habiendo más con mi mujer me acuesto”, o la idea de que los hombres piensan con los genitales, aguantan menos las tentaciones y en últimas la culpa recae sobre la mujer, o bien no le dio lo que necesitaba o la fulanita aquella que seduce lo ajeno.  Socialmente el hombre no es tan censurado por este tipo de hechos, antes existen justificaciones o inclusive adquieren más peso con una historia sexual variada. 

Pero ahora pasemos a Penélope que pudo ser asesinada en manos de Ulises por no aguantar los 20 años. Las mujeres entonces pensamos  sólo con el corazón, somos más vulnerables al enamoramiento y cuando nos enamoramos de verdad solo tenemos ojos para nuestro hombre (que en realidad es nuestro poseedor).Igualmente podemos ser las más crueles y despiadadas si de destruir la imagen de otra mujer  se trata cuando se sale de esos cánones. El comportamiento agresivo que llevan connotaciones como “perra”, “zorra”, “loba”, “puta”, “fácil”, pueden ir dentro de una conversación con total normalidad, lo importante es diferenciarse de esa otra y demostrar comportamientos dignos de una princesa, hacerse “valer”, ya que la mujer “debe hacerse respetar”, ojala partiéramos de que el respeto debe venir  perse. 

 Lo más difícil de oír, que a veces quisiera pensar que a nadie se le ocurren decir cosas así, es frases como : “ por vestirse así es que las violan” ó “ como quiere que la tomen en serio vistiéndose y comportándose de esa manera”. Este tipo de ideas vienen tanto de hombres como de mujeres, pero siempre dirigidas hacia estas últimas.

ENTONCES HABLEMOS DE PROPIEDAD

La infidelidad entonces se puede asumir de varias maneras, depende si te pillan o no te pillan, si tienes riesgo de que te pillen, si la culpa no te deja y otros muchos factores. Pero se podría considerar que quebrar aquel pacto  no establecido  pero existente, siempre es un problema. Y existirán múltiples opiniones y razones , pero algunas por las que se puede convertir en un problema son:

1.       Es muestra de desamor. El amor es fiel o no es amor (por lo tanto ya  no te ama).

2.       La inseguridad latente que despierta un engaño (sin embargo, muchas personas viven en esta inseguridad exista o no exista engaño).

3.       Es irrespeto. (Ya que al utilizar tu cuerpo, tu espíritu, tus ganas o tus deseos con otra persona, inmediatamente estas agrediendo de cierta manera a tu pareja).

En últimas, tal vez la menos aceptada, porque el cuerpo y la mente de la otra persona me pertenece y a la vez yo le pertenezco ¿Vulnerar el pacto de fidelidad es agredir mi propiedad privada? 

Las relaciones son (y deben ser) tan variadas como los seres humanos, por lo tanto no todas podrán partir de los mismos principios, y podremos preguntar entonces si la  fidelidad  o incluso los  celos  son tan normales y necesarios dentro de cualquier pareja, dentro de nuestras relaciones. Y no se trata de un elogio a la  infidelidad,  sino por decirlo de alguna manera de la libertad de decidir, crear y criticar los moldes del amor que ya fueron  creados por otras y otros, y que no se ajustan siempre a nuestra variedad de contenidos.

1 comentario:

  1. Hola!, me gustó mucho tu artículo pero difiero de él en un aspecto importante: creo que no debemos mirar sólo un relato, el relato dominante sino que existe un sin fin de relatos en todas las culturas que se superponen y entran en tensión entre sí y la cultura griega no es una excepción. Al mismo tiempo que hay Penélopes, hay también afroditas que nunca fueron fieles a sus esposos (Hefesto) sino que se acostaba con Adonis, Ares y demás, también existía una prostitución sagrada (tanto masculina como femenina) que por el contrairo incentivaba una vida sexual activa (y sagrada) contrario a la castidad.

    por otro lado yo si siento que somos muy herederos de la cultura griega y se ve en todos lados, esta imagen de la mujer como seductora es más griega que católica, claro, con el catolicismo esta adquiere un valor negativo y es cuando aparece María, pero las Afroditas seguían persistiendo (y las Morrigans, Astartes, Freyas, Hécates que después fueron llamadas brujas) .


    Claro, no estoy diciendo que lo que no existan Penélopes ni que este tipo de construcciones no pesen en nuestra cultura, pero si creo que existen muchas más reperesentaciones y que también tienen su fuerza, no tanta tal vez, pero pesan y crean otros imaginarios, la misma bruja es una figura ambigua que nos sobrevive que para mi es un intento de acabar otras formas de representaciones femeninas, pero que no se logra, hoy en día la imagen de la bruja continua siendo atractiva y seductora y muchas quieren ser brujas ;)

    Gracias por el artículo, revisaré tu blog más a menudo:P

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Hola perversxs, nos daría mucho placer leer tu opinión....